"Un pais, dos sistemas"
Así define el gobierno al pais, y lo que nosotros nos preguntamos al llegar es que, a parte de a un capitalismo feroz, a qué otro sistema se referirán, porque de comunismo...la estrella de la bandera y los monumentos a los soldados... pero dejo para más adelante el ahondar más en el tema, que de momento esto sólo son las primeras impresiones.
Después de remontar el rio en el barco disfrutando de un paisaje plagado de cargueros, grúas y pesqueros llegamos al puerto de Shanghai a nuestra hora, pero el proceso de desembarco tardó más de lo previsto por los malditos controles de Influenza (H1N1). Al bajar y ver que Liang no nos estaba esperando allí como nos había prometido, nos extrañamos un poco y pensamos que quizá se había ido ya. Así que ahí estábamos nosotros, en un barrio marginal de Shanghai, sin un Yuan, sin tener la menor idea de dónde quedaba el albergue y sin hablar una palabra de chino, gran panorama.
Menos mal que un chino majo que viajó con nosotros en el barco y que hablaba japonés nos ayudó! Nos pagó el autobús a la estación central de tren, la llamada al móvil de Liang y aún pretendía darnos algún dinero más por si las moscas... Y es que, si hubiesemos sabido que no vendría, hubiesemos cambiado dinero antes, pero cómo con nuestra Visa no nos cuesta nada sacar dinero ni nos cobran comisión por el cambio de divisa, siempre tiramos de cajero automático al llegar a un nuevo pais, y no nos podíamos imaginar que en el puerto no habría ninguno y tampoco por los alrededores (pero bueno, que siempre tenemos algún que otro recurso en la manga).
Al final quedamos con Liang una hora más tarde en la estación y aprovechamos para irnos a comer, primera comida china y primera sorpresa. Mi sopa tenía muy buena pinta, pero imposible saber de qué era, así que valientemente cogí la cuchara y empecé a tomármela, sorbito a sorbito, trocito a trocito de carne rosita, hasta llegar a una preciosa, brillante y escamosa piel de serpiente!! Primero, ojos como platos, y luego, me acordé de mi abuela Cramiña: "lo que no mata engorda"... cómo estaba bueno seguí comiendo tan campante.
Nuestro primer día por allí fue un tanto particular con nuestro guía Liang también un tanto particular. Haciéndonos un poco a la idea de que aquí haya en todas partes en todo momento tanta gente como en sol en navidades (es la ciudad más grande de china con más de 18 millones de habitantes), que todos intenten cruzar los pasos de cebra al mismo tiempo esquivando a los que vienen en dirección contraria, a las motos y las bicis que pasan por el medio y a los coches que aunque estés cruzando en verde para los peatones te pitan para que te apartes y que no reducen la velocidad ni un poquito...y, evidentemente, mil diferencias más ;)
Y con un segundo acercamiento a su comida de la mano de nuestro guía "particular", un tanto complicado pero buena a pesar de los huevos de pato con la clara trasparente tirando a marrón y la llema negra y verde, la ternera jodidamente picante (lo siento, pero no hay mejor descripción) y la grasa de pato envuelta en hojas de arroz (eso me pasa por decirle que me encanta el pato...si le hubiese especificado que lo que me gusta es la CARNE a lo mejor otro gallo hubioese cantado). Lo escribo así y parece que no nos gustó, pero en realidad la comida estaba muy buena y es con una de las cosas con las que más disfrutamos en China.
Bienvenidos a China
domingo, 28 de junio de 2009
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2 comentarios:
veo que de china te quedas con la comida, eh? muahahahah---igualita que la del chino post-campa...!!!
¡Slurp! ya contaréis como adaptan su comida a nuestros paladares. Aunque no parece que haya mucha diferencia vistas vuestras caras de satisfacción. Bicos a two, Mum.
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