Nagoya

lunes, 8 de junio de 2009

Cuadramos nuestros planes para poder pasar más tiempo con Hiroko, así que el sábado nos quedamos en Nagoya e hicimos un poco de turismo por allí, entre charla y charla no nos dio mucho tiempo a ver la ciudad, pero fue un día estupendo. Estuvimos paseando por los alrededores del palacio Imperial, vimos una casa construida al estilo japonés pero con todos los avances bioclimáticos y deambulando por uno de los jardines más bonitos de la ciudad, el Tokugawa. 

Ibamos a encontrarnos con otro amigo de Sebastian y Hiroko para ir a la inauguración de una exposición, pero al final no cuadró porque empezaba muy pronto y nosotros queríamos probar la especialidad de la ciudad, sopa Udon con pollo de corral, muy rica y calienteeeee! La camarera del restaurante donde nos paramos a comer debió pensar que para qué intentar explicarme en sabe dios qué idioma por qué un babero es imprescindible para comer esta sopa y ante mi sorpresa sin mediar explicación me lo anudó directamente al cuello, bien por ella!...y por mí, porque aunque no suela mancharme al comer, esta vez sí, es que esa sopa queeeeeeeeeeemaaaaaaaaaa!

Para bajar la comida decidimos caminar un rato más por la ciudad sin rumbo determinado, pero cuando vimos un local para hacer “Pericura” (palabra japonesa, así, cómo suena… dicese de la máquina de fotomatón ultramoderna que te permite hacerte tropecientas fotos chorras con tus amigos, de las cuales podrás elegir un número determinado en función del tamaño que desees y que luego podrás pintarrajear, añadir fondos, complementos y monigotes en una pantalla táctil), no pudimos resistir la tentación y entramos a hacernos fotos con todas las quinceañeras mega maquilladas y super preparadas mirándonos cómo a bichos raros…con razón. 

Estos locales están increíblemente preparados, hay una media de 8 a 10 máquinas, espejos con tocador, laca y toallitas para prepararse antes de la foto… Las niñas están entrenadas y toman sus decisiones a la velocidad del rayo, pero aquí los abueletes, cuando conseguíamos entender que es lo que nos ofrecía la pantalla, la máquina había elegido por nosotros porque se había agotado el tiempo, y pasaba a la siguiente pantalla a descifrar, pero eso sí, al final nos quedaron unas fotos muy chulas =)

Para acabar el recorrido fuimos a la carnicería de toda la vida de la familia de Hiroko a comprar para la barbacoa de esa noche, era curioso ver cómo el tipo preparaba la carne, la cortaba y luego la metía en pequeñas bolsitas que hacía girar en el aire mientras les enroscaba una goma. Pero sin duda, lo mejor de todo fue comérsela!! jaja. Cómo hacía buen tiempo, comimos en el jardín, todos alrededor de una pequeña barbacoa colocada en el centro de la mesa dónde cada uno colocaba lo que le apetecía comer: sepia, pescado (lo siento, indefinido), diferentes tipos de carne, calabaza que sabía a castañas asadas, cebolla, bolas de arroz con semillas…mmmmm otra delicia! Todo esto mientras Cocochan, el perro familiar, no paraba de danzar por allí a ver si caía algo haciendo tambalear la mesa con sus meneos de rabo.

1 comentarios:

Álvaro dijo...

-leído-
fotos molonas en fotomatón! quiero verlas!